A la hora de elegir colchón nos enfrentamos a una inversión importante, y no conviene hacerla a la ligera, porque además, elegir el colchón adecuado para nuestra forma de dormir es fundamental para asegurarnos de que nuestro descanso es el ideal y podemos rendir en nuestro día a día como necesitamos.
Por ello os traemos hoy una serie de consejos y explicaciones para ayudaros a elegir el colchón idóneo en función de vuestras necesidades.
Según los datos de Asocama, Asociación de Fabricantes de Camas, más de un 30% de la población se levanta con síntomas de cansancio y dolor de espalda, para reducir este porcentaje es primordial elegir un colchón que se adapte bien a nuestras necesidades.
Empezando por lo más básico, es muy importante que la base y el colchón cooperen. Si bien los colchones de muelles funcionan bien sobre cualquier tipo de base, los colchones de látex, viscoelásticos o de espumas requieren de una base que transpire.
El colchón debe ser mullido para que se adapte a la curvatura de la columna vertebral y de una firmeza media, puesto que así se adaptará al peso que ejerce el cuerpo y cada una de sus partes.
Materiales
Los colchones de látex, por su firmeza media-alta, son recomendables para quienes prefieren un colchón firme. Otra de sus ventajas es que el aire fluye por su interior, con lo que ayudan a reducir la sensación de calor.
Los colchones viscoelásticos son aconsejables para quienes se mueven mucho en la cama, las personas que pasen frío o que sufran dolores de espalda, y destacan por ser colchones con una firmeza intermedia, ni demasiado duros ni blandos.
Los colchones de muelles son óptimos para personas calurosas, puesto que los canales de ventilación que genera la distancia entre los muelles ayudan a refrescar el colchón, también permiten una total libertad de movimiento.
Los colchones de espuma tienen la ventaja de ser los más baratos de todos, y no son recomendables para personas calurosas o que padezcan dolores musculares.
Tamaño y firmeza
A la hora de elegir cama es recomendable ir siempre a por el tamaño mayor, puesto que será más fácil descansar y tener libertad de movimientos. Es fundamental que tu colchón respete la curvatura natural de tu columna vertebral, y para ello hay que tener en cuenta el peso, la postura en que se duerme y si la persona se mueve mucho o poco en la cama.
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